BATALLAS
La vida entera es un campo de batallas, pues cuando uno es de sangre real y viene del reino de los cielos, siempre habrán enemigos que se levantarán para tratar de arrebatar las bendiciones que nos son otorgadas por nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores, pero gracias a él, lo que nadie sabe o espera, es que siempre nos acompaña un ejército de ángeles de Dios guerreros, para ayudarnos a luchar y para darnos la victoria; los verdaderos hijos de Dios pelean de rodillas, lo que otros pelean de pie. Si eres un hijo(a) de Dios descansa plenamente en él, pues el tiene absoluto cuidado de ti, confía porque al final te dará la victoria y lo que te espera después de cualquier batalla es un botín lleno de bendiciones. Alábalo y créele.