“Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba verde que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra, Y fue así” Génesis 1:11

Esta cita me llena de éxtasis y emoción, tanto así que no sé por dónde empezar a desglosarla, y es que cada palabra es una muestra clara del infinito y sempiterno amor para con nosotros, y cuáles son sus propósitos y diseños para que cada uno lleve a cabo.

Actualmente todos estamos en la tierra, y estamos aquí viviendo en medio de luchas y pruebas que dependiendo nuestro comportamiento y decisiones, va a denotar si somos realmente merecedores de la corona de vida y la vida eterna al lado de nuestro Rey de reyes y Señor de señores.

La tierra es como un jardín y nosotros cada uno formamos parte de ese jardín, unos son árboles frondosos y fructíferos, otros son plantas creciendo, otros son hierbas malas; unos crecen hermosa y sanamente, mientras que otros no lo hacen, y otros ni crecen y además entorpecen el crecimiento de los demás.

En este versículo vemos como el Señor nos ha dado la capacidad a todos de ser arboles fructíferos (pues nos da semillas) y nos habla de cómo cada uno dará sus frutos según su género, lo que nos demuestra que somos muy diferentes y que cada uno es un genero diferente, y cuando Dios nos planta en la tierra es con el propósito de dar cada uno su fruto según las semillas que lleva por dentro.

En el evangelio de San Juan capitulo 15, encontramos una breve descripción y vemos como Jesús nos hace referencia de que él es la vid verdadera y Dios el labrador, y nosotros somos pámpanos (brote de la vid). Vemos como Jesús nos da las semillas y nosotros debemos producir, pero lamentablemente no todos consiguen hacer producir sus semillas y convertirlas en fruto, y cuando viene el labrador quien es Dios y no encuentra a los pámpanos haciendo lo que les fue encomendado, él los saca y los echa fuera y entonces se secaran esos pámpanos y serán echados al fuego por tanto no fueron buenos mayordomos e hicieron germinar sus frutos; y todo lo contrario pasa cuando viene el labrador a recoger los frutos y cuando encuentra, los recoge para que lleve más fruto. En el versículo 5 vemos como Jesús nos hace énfasis en que para lograr esto, debemos permanecer en él es la única forma de producir los frutos, haciendo la voluntad de nuestro Padre, pues así es como realmente permanecemos en él y no de otra forma, fuera de él no podremos hacerlo; no es con espada ni con ejercito más con él Santo Espíritu de Dios. Además nuestro Dios quiere lo mejor para nosotros, y como todo padre él nos quiere dar lo que le pidamos, mientras que esto haga parte de hacer su buena voluntad y no viole sus parámetros, él quiere darnos bendiciones en abundancia, en el versículo 7 Jesús nos sigue diciendo que permanezcamos en él, y a aquellos que lo logren gozan del privilegio de tener lo que le pidan al Padre.

Otro obstáculo que encontramos en el camino, mientras estén creciendo esas plantas, es que también van a haber las famosas hierbas malas, que son aquellas personas que quieren dañar a las demás para no dejarla dar sus frutos, sino desviarlas de su llamado.

Algunas veces he escuchado personas que se sienten que no son buenas para realizar o hacer algo en la vida, se creen personas inservibles; en otros casos otras personas son las que las llaman así les dicen que son buenas para nada, cuando esto es algo completamente falso, pues nuestro Padre nos creó a todos y cada uno con semillas en su interior, para que hiciéramos crecer estas semillas y nos fructificáramos sirviéndoles al mismo tiempo a los demás.

Solo Dios nos puede llevar a descubrir esos talentos ocultos que cada uno posee, y nos puede mostrar cual es nuestro genero en el que podemos hacer brotar esos maravillosos frutos para que los podamos alcanzar y no dejarnos corromper en el camino. Él nos creó, y es él quien nos va a guiar y a hacernos crecer fuertes y llenos de los frutos de su amor, es quien nos encamina y nos enseña a ser mejor, sólo debemos pedírselo y confiar plenamente en él. 

Hoy los invito a que le pidan mucho discernimiento al Padre celestial para que les muestre a cada uno cuáles son esos talentos que cada uno lleva por dentro, a que les enseñe cual es el género al que pertenecen y que les muestre cuáles son esas hierbas malas que no quieren dejarte crecer y cumplir tu propósito. Mil bendiciones del Señor para ti, y mucha fortaleza para que cada día puedas soportar las pruebas sometiéndote a Jehová para que él prospere tu camino.