9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Cuando atravesamos situaciones que no podemos explicarnos, muchas veces nuestra tendencia humana es a querer desquitarnos cuando alguien nos hiere y nos hace tanto daño que nos sacude de una forma que nos recuerda todo desde el principio, nuestro deseo humano es pagarle con la misma moneda, pero es aquí donde debemos ser sabios y prudentes, donde debemos invocar el dominio propio del que nos habla la palabra de Dios en el segundo libro de Timoteo, no debemos ser cobardes porque Dios nos ha llamado a ser valientes, y es cuando entendemos que somos debiles porque nosotros mismos no podemos salir del pozo de desesperación, de ese lugar donde las tinieblas quieren venir a asustarnos con el dolor que nos causan al mismo tiempo, por esa situación donde el dolor que nos hicieron son como puñales que nos hieren hasta hacernos sangrar, pero es cuando entendemos que esa sangre que sale de nosotros, puede ser cambiada y transformada por medio del poder más grande que el Señor nos ha regalado Su preciosa sangre, que nos limpia de cualquier suciedad, que quita toda tiniebla, que cambia el dolor en gozo, que nos da la victoria donde quiera que vayamos, porque su amor nos transforma y nos cambia.
Solo me basto en su gracia, porque yo misma no podría superar ningun obstaculo, y siendo sincera aveces soy un poco nerviosa y asustada, pero en sus camaras de amor, en su paz encuentro mi victoria, mi amor y la paz de su amor que sobrepasa cualquier entendiemiento.
Amados yo los invito que cualquiera sea la situación por la que estén atravesando, que se gozen en el amor de Dios, se gozen en esas debilidades humillandose delante del Señor, para asi lograr entender que por nosotros mismos no podriamos lograr nada, sino solo a traves de su gracia inmerecida y su sempiterno amor.
