EL SECRETO PARA TENERLO TODO

“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días” Salmos 23

En la vida hay muchos momentos, en donde la disfrutamos de muchas maneras, y con el tiempo muchos de esos momentos se van convirtiendo en recuerdos, que se van anidando uno a uno en nuestra memoria; muy pocas son las personas que logran dejar su legado en la historia de la humanidad y hay dos clases de personas que son capaces de dejar este legado para la humanidad, unas que lo dejan para bien y otras para mal.

Aquellas que dejaron su legado para bien, son quienes han contribuido al desarrollo de la humanidad, trabajando siempre en pos de ayudar a las demás personas y no solo para superarse ellas solas; y quienes dejaron su legado para mal son las que hicieron mucho daña a la humanidad, y muy seguramente el único beneficio que querían lograr era el propio.

En la biblia encontramos muchos casos particulares de historias de personas, quienes dejaron su legado en el mundo debido a sus obras, unos para bien y otros para mal.

El rey David que fue quien escribió el salmo del capítulo de hoy, fue en definitiva un personaje que marco a la humanidad para bien, encontramos muchos relatos e historias en donde vemos todas las proezas que este rey realizo y como fue siempre respaldado por Dios; si escudriñamos las escrituras nos damos cuenta que su vida no fue necesariamente perfecta, pero lo que lo caracterizaba fue que siempre volvía a la presencia de Dios aun  cuando se equivocaba, y asumía la responsabilidad de sus actos, es por esto que Dios mismo lo llamo varón conforme a su corazón, pues él siempre se humillaba delante de nuestro Rey de reyes y Señor de Señores.

Si analizamos este salmo, vemos como David se refiere a Dios como su pastor, es decir él acepta como es una oveja del rebaño de Dios y que está bajo sus cuidados, y más adelante le dice nada me faltara, por lo que deducimos que si somos sus ovejas realmente todo lo tendremos con sus cuidados; luego encontramos aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo, que hermoso es llegar a ese punto donde no temeremos ni a la muerte porque estamos tan seguros de que Dios está con nosotros, y aunque muchos a nuestro alrededor pasen por esta, nosotros no temeremos por nuestra confianza en nuestro salvador. Jehová nos hace suspirar, nos da el aliento que necesitamos, y aun delante de aquellos que nos quieren ver caer, él nos levante delante de sus ojos y adereza nuestra mesa, nos sazona nuestra vida, nos entrega esas estrategias que necesitamos para ser vencedores, nos unge con aceite y nos hace rebosar con su sempiterno amor, para expresarlo a las demás personas. Con Dios no tenemos que buscar nada, porque el bien y la misericordia nos perseguirán por siempre, si llevamos esa vida plena de reino y somos conforme al corazón de nuestro Dios, si buscamos primeramente su Reino porque entonces lo demás nos llegará por añadidura; y finaliza diciendo que en la casa de Jehová morare por largos días, él nos da largura de vida y si moramos en su casa, en sus preceptos y mandatos no debemos temer a nada a nuestro alrededor, pues él nos protegerá siempre y nos levantara si en algún momento resbalamos, siempre que nos humillemos como lo hacia el rey David ante él, y volvamos a su presencia.

Qué bello es sentirse con esa convicción y confianza con la que el rey David le expresaba su amor a nuestro Rey de Reyes y Señor de señores, hoy los invito a sumergirnos en la presencia de nuestro salvador, a dejar que él sea nuestra guía y lo primero en nuestras vidas, a no perseguir el bien propio, sino a buscar siempre la presencia de Dios, porque con él realmente en nuestras vidas lo demás nos llegara por añadidura.