LAS FIESTAS PARA DIOS
“Tres veces al año me celebraréis fiesta. La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo” Éxodo 23: 14-16
Las fiestas son una reunión de gente para celebrar algún suceso, o simplemente para divertirse, descrito así en una de las definiciones del diccionario de la Real Academia Española.
Hoy en día encontramos muchas fiestas a nuestro alrededor, es más han sacado un día para celebrar casi todos los acontecimientos especiales como por ejemplo el día del amor y la amistad, el día de los padres, el día de las madres, el día de los niños, el día de las profesiones, y así sucesivamente. En todo encontramos fiestas o reunión de personas para divertirse, es algo tan rutinario que lo vemos reflejado en el diario vivir.
A Dios le gustan mucho las fiestas, él en la palabra nos habla claramente de esto, pero las fiestas a las que me refiero y nos invita no son precisamente las que vemos en el mundo, en realidad son muy diferentes pues estas buscan restaurarnos el alma y reconciliarnos con él, cuando las que vemos normalmente son hechas para diversión y en ocasiones no restauran sino que dañan a las mismas personas.
En la cita de hoy vemos tres fiestas que deben ser celebradas anualmente por nosotros mismos, encontramos la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de la siega y la fiesta de la cosecha; ahora estás no son las únicas fiestas que son mencionadas en la biblia, en realidad encontramos muchísimas más, pero hoy desglosaremos estas para ver cual es una parte de su significado al aplicarla a nuestras vidas.
La fiesta de los panes sin levadura, me llama mucho la atención y una de las razones es por la fecha en que se celebra que es en el mes de Abib cuando el pueblo de Israel salió de Egipto liberado por la mano de Jehová, y en este tiempo es parte del mes de marzo y el mes de abril, que fue también sorprendentemente en la fecha cuando Jesús el hijo de Dios, se sacrificó por amor a nosotros como cordero inmolado sin mancha del pecado para podernos redimir de nuestros pecados por medio de su sangre, y esa es la razón por la que encontramos la fiesta de la semana santa que fue creada con el fin recordar ese sacrificio.
Pero yo sé que muchos se estarán preguntando ¿Que es esa fiesta de los panes sin levadura? A lo que primero les digo que hagamos memoria o a los que no han leído esa parte en las escrituras los invito a ir a San Mateo 16: 6 “Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” y 16: 12 “Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos” Aquí vemos la levadura simbolizando el alimento espiritual, que es la doctrina que tenemos en nuestras vidas para denotar nuestra forma de vivir, él Señor nos manda que nos guardemos, es decir que nos cuidemos de aquellas doctrinas humanas que aparentemente muchos las ven como correctas pero que en realidad no tienen nada que ver con la doctrina única y verdadera de nuestro Padre Dios, ahora como distinguiremos estas doctrinas para saber si la que seguimos es correcta o no; bueno lo primero que debemos tener presente es que Dios es un Dios de orden y de justicia, él nos enseña la verdad y esa es la que nos hará libres, para poder entender cuáles son sus verdaderos caminos, no debemos ser conformistas y alimentarnos solo con lo que encontramos de parte de otras personas que son usadas por Dios, porque vendrán muchos falsos profetas diciendo que vienen de parte de Dios cuando realmente no es así, por eso amados debemos estar alimentándonos directamente del pan de vida que es Jesús, buscando y escudriñando, no solo con lo que encontramos en las iglesias sino que además de buscar alimento de Dios en las iglesias, debemos buscarlo también en espíritu y en verdad, es decir hacer las cosas para ser agradables a Dios primeramente, y para cada día ir creciendo en el espíritu y descubriendo cada vez más los preceptos y propósitos que Dios tiene preparados para cada uno de nosotros. Además en 1 Corintios 5: 6 – 8 encontramos “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” El apóstol Pablo usado por el Espíritu Santo nos invita a celebrar la fiesta no con la vieja levadura la que tiene malicia y maldad, es decir de los pecados que cometíamos antes de ser redimidos y perdonados por Cristo, nos dice que celebremos la fiesta de Dios con los panes sin levadura, que es la de sinceridad y de verdad, es decir buscando la doctrina del Padre que nos lleva a la verdad.
Luego encontramos la fiesta de la siega y de la cosecha que están muy ligadas entre sí, pues las dos están conformadas por los frutos que cada uno ha sembrado en su campo, hacen referencia a las primicias que son los primeros frutos que son ofrecidos a Jehová. Cada uno tiene semillas y estas semillas nos son entregadas por nuestro Padre celestial a la hora de venir a la tierra, y estas semillas deben ser cuidadas y alimentadas por los panes sin levadura que no son las doctrinas que nos dañan, sino la doctrina pura del Señor, y cuando somos alimentados por estos alimentos, y regados por el agua viva de Dios, entonces nuestras semillas crecerán dando los frutos que son consagrados a nuestros Padre. Amados para explicarlo mejor, muchas personas poseen muchos dones y talentos que son semillas dadas por Dios para ser usadas para celebrar y mostrar su Reino a las demás personas, pero cuando las personas vienen con muchos talentos a la tierra, muchas veces se pierden no haciendo la voluntad del Padre, sin la suya propia pues usan estos dones para su propio enriquecimiento y no para los propósitos que son dados realmente, y cuando llega el tiempo de la cosecha y viene el Padre a recoger los frutos y no los encuentra, entonces él arrancara esos cultivos que no estén dando los frutos a los que fueron encomendados; mientras que si viene y recoge los frutos y los encuentra entonces los recogerá y crecerán muchos más en cada campo de cada persona.
No seamos escépticos a los diseños de Dios para cada una de nuestras vidas, busquemos el verdadero alimento espiritual que está en el pan de vida que es Jesús, crezcamos cada vez más en su presencia, llenos de su gracia y llevándole ese alimento también a las demás personas y no solo lo llevemos con nuestras palabras y predicas, sino también con nuestros actos, porque son estos los que nos distinguirán de los demás como verdaderos hijos del Rey de reyes y Señor de Señores.
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