"Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" San Marcos 14: 38

Muchas veces no sabemos la respuesta de varias cosas, pero Dios sabe, el porqué de las cosas y conoce realmente los tiempos, cuando han de darse.

Él nos ama de una manera incomparable, su amor es insondable, nos recorre completamente sin que alcance el hombre a imaginar o darse cuenta la obra que Dios está haciendo.

Dios no nos quiere ver mal, él quiere lo mejor para nosotros, y por eso siempre ha tratado de ayudarnos cuando estamos en medio de pruebas o dificultades. Y por eso precisamente nos dejó un manual lleno de instrucciones en donde nos enseña muchos secretos y tácticas para poder afrontar cualquier dificultad, también nos habla en su Palabra sobre historias de personas para que aprendamos de ellas sin vivirlas necesariamente.

La cita de hoy nos habla precisamente de esto, de cómo usar tácticas espirituales para no dejarnos llevar por las tentaciones que a diario presenciamos.

Jesús nos manda a ser veladores; una persona que vela, es alguien que vigila y está siempre a la expectativa, es alguien que no está dormido. Él nos pide que no nos confiemos en lo que ya tenemos o hemos logrado, antes por el contrario nos enseña a ser atentos y estar siempre preparados, velando en su presencia y orando para estar cubiertos con su armadura, y por ende no perder las bendiciones que nos son dadas, y poder recibir mayor galardón.

Nos dice también que él sabe que en el espíritu a veces estamos dispuestos a retirarnos de muchos caminos que sabemos no son agradables para Dios, y otras hasta ofrecemos realizar ciertas actividades para honrarle, pero cuando llega la hora de hacerlo nos encontramos con un sin número de dificultades o tentaciones, y esto es debido por lo que nos deja ver el versículo a que estamos viviendo en la carne, la cual nos dice Jesús es débil, lo que nos hace muy difícil lograr nuestro cometido, en ocasiones a veces nos parece hasta imposible, pero como Dios nos dice que si logramos tener fe y creemos en él, podremos experimentar que todo lo imposible para nosotros, es posible para Dios, y si estamos con él también se hará posible para nosotros.

Mi invitación el día de hoy, es para que aprendamos a valernos de estas poderosas armas espirituales que Jesús nos regala, que activemos las tácticas espirituales para nuestras vidas; y para estar siempre atentos y cubiertos con la armadura de Dios para vencer de este modo las tentaciones carnales que tenemos que pasar, por medio de la gracia que nuestro Señor nos ha dado.